
Creo que una de las mejores ideas que tuve fue invertir en un viaje a
Puerto Vallarta, un destino simplemente extraordinario. Una localidad que no me dio lugar para el aburrimiento y en la que descubrí la existencia del paraíso. El ver todos los días el horizonte del mar turquesa, las eternas playas color dorado y el contraste que las montañas de la Sierra Madre aportan, lograron que cada uno de mis momentos allí, fueran inolvidables.